BURDEOS, FRANCIA
Los romanos introdujeron el cultivo de uva en la región hace aproximadamente 2000 años. Era más fácil cultivarla y elaborar el vino para los soldados romanos, que transportar las botellas desde la península itálica. Hasta el siglo XII el vino francés raramente se exportaba, pero fue en esa época y gracias a un matrimonio, que este vino se comenzó a conocer fuera de las fronteras francesas.
El matrimonio de Leonor de Aquitania y Enrique de Plantagenet futuro rey de Inglaterra, hizo que estas tierras pasarán a ser de dominio inglés y por lo tanto toda la producción del vino de Burdeos se exportara a Inglaterra. El vino fue cobrando fama y los viñedos se fueron extendiendo y se eliminaron las tasas de exportación. La venta y la fama del vino crecieron hasta el siglo XIV con el inicio de la Guerra de los Cien años, que devolvió a Francia sus territorios.
El río Garonna y su puerto fluvial facilitaron siempre la venta y exportación de este vino.
Su situación geográfica, el clima y un suelo rico en minerales permite desarrollar cultivos de gran calidad, hasta el punto de desarrollar 8 especies de uva autóctona, de la que nacen estos vinos. La gran labor de los productores de esta región a lo largo de los siglos los ha llevado a producir vinos de fama mundial.
Hoy, la capital del vino sigue mostrando gran orgullo por sus creaciones y en cualquiera de sus bares podrás disfrutar de un vino excelente. Siéntate en una terraza, pide un vino “rouge” o “blanche” acompañado de un plato de queso, Francia cuenta con unos 400 tipos de quesos diferentes, saboréalos, disfruta el aroma del vino y su gran sabor.